Los sistemas de planificación de recursos (ERP) se acoplan a la perfección en todo contexto de producción industrial a pequeña o gran escala. Más allá de servir a la correcta organización y distribución de recursos internos, se trata de un insumo que contribuye a la automatización integral en las primeras fases de la cadena de abastecimiento: control de suministro, rotación de inventarios de fabricación, manufactura y gestión de existencias. Debido a su gran eficiencia para controlar estos procedimientos, el uso de los ERP industriales se presenta como una necesidad de primer orden en las actividades diarias de empresarios y colaboradores.
No obstante, a pesar de la indiscutible funcionalidad de los ERP, el auge de las industrias 4.0 obliga la actualización y cualificación de estos sistemas para abastecer las demandas de un sector industrial cada vez más tecnificado. Avances como la inteligencia artificial, el aprendizaje automático o el internet de las cosas están implementándose con total rapidez en los entornos de producción industrial, conformando una industria 4.0 que genera nuevos retos para el desempeño de los ERP. En ese sentido, un verdadero planificador de recursos industriales debe responder a un ambiente marcado por medios de producción altamente tecnificados, los cuales basan su trabajo en funciones de predicción, conectividad interactiva, realidad aumentada, analítica inteligente y toda clase de rasgos que definen a la cuarta revolución industrial. Por esa razón, presentamos a continuación las ventajas que todo del ERP asegura en ambientes de producción industrial 4.0.
Erradica los errores de registro y duplicidades
Aquellas industrias que no cuentan con sistemas ERP generan conflictos en la captación y procesamiento de sus datos. Cuando existe fragmentación o ausencia de trabajo unificado entre las distintas subáreas de departamento industrial, los riesgos de generar duplicidades aumentan: dos colaboradores pueden realizar los mismos procedimientos o incluso pueden cometer un error al generar datos similares o iguales. Para evitar estos problemas a la orden del día, lo sistemas de planificación de recursos empresariales (ERP) eliminan toda posibilidad de cometer redundancias, evitando la acumulación de información reiterativa desde las fases iniciales de captación y tratamiento de la información. También cabe precisar que el problema de la duplicidad se presenta cuando existen varios software que trabajan de forma desunificada, sin ninguna posibilidad de integración. En ese sentido, los ERP se presentan como una clara alternativa en el mejoramiento de la gestión de información.
Incrementa la competitividad
Los sistemas ERP son uno de los mejores insumos para gestionar entradas y salidas de materias primas en las plantas de manufactura. Un ejemplo de ello podemos encontrarlo en la famosa rotación de inventarios, un parámetro que consiste en contabilizar el número de veces que determinada materia prima sale o entra a una fase de producción. Dicho proceso está al centro de la productividad industrial, lo cual obliga a utilizar los mejores recursos de tecnología para garantizar exactitud y eficiencia en la construcción de métricas relativas a la rotación de inventarios. Además de esta actividad, cabe precisar que los ERP reemplazan en numerables ocasiones el tedio que se desprende al realizar procedimientos manuales en hojas de cálculo, tales como el registro de tiempos y operaciones.
Consolidación y distribución de la información de planta
Los sistemas ERP no se limitan al registro y tratamiento de información industrial para el mantenimiento eficiente de las operaciones. También se encargan de establecer los mejores mecanismos para permitir que todas las demás áreas de la empresa conozcan los datos de producción. En ese sentido es posible unificar todos los departamentos de la empresa en torno a las áreas de producción, brindando insumos para el mejoramiento interno a partir de una interacción mucho más dinámica. Por esa razón es de vital importancia que alrededor de todas las fases de manufactura exista presencia o acompañamiento de diferentes áreas como recursos humanos o finanzas internas.
Seguimiento constante a la cadena de valor
Las empresas son entidades que construyeron su identidad sobre la base de un conjunto de valores corporativos, permitiendo proyectar su modelo de negocio para demarcar diferencias respecto de sus competencias. En las áreas de producción, el término “cadena de valor” se refiere a una situación similar: el conjunto de operaciones, técnicas y administrativas, encaminadas a la construcción de valor en los productos finales, orientando prácticas de calidad en cada fase de trabajo: logística interna, manufactura, gestión de existencias y posterior comercialización. En este punto, los sistemas ERP pueden contribuir al seguimiento de estas fases en función de criterios de calidad y excelencia. Así mismo, implementar la perspectiva de la generación de valor contribuye a la disminución efectiva de errores o escenarios de riesgo que pueden desembocar en problemas internos.
Gestión del mantenimiento
Es frecuente encontrar empresas o negocios que no realizan las dos clases de mantenimiento indispensables en cualquier entorno organizacional: preventivo y correctivo. Si una empresa no ejecuta la primera clase de mantenimiento, la capacidad instalada tenderá a perjudicarse al punto de generar pérdidas de eficiencia y rentabilidad. Por otro lado, el segundo tipo de mantenimiento implica la existencia de una serie de problemas anteriores y posteriores a las fallas presentadas, razón que lo posiciona como una labor imprescindible para garantizar el correcto funcionamiento de las fases de producción.
Los sistemas de gestión de recursos empresariales (ERP) son tecnologías que no se pueden relegar a un segundo plano, pues garantizan los mejores resultados en las plantas de producción. Por esa razón representan un insumo que permite la escalabilidad de los modelos de negocio, garantizando un crecimiento continuo en un mundo empresarial cada vez más competitivo y tecnificado.