Hace algunos años irrumpió en el mundo una interesante tecnología que permitía conectar a internet la ropa y todos los utensilios que usamos en la cotidianidad. Se trata del internet de las cosas (Internet of Things), una tendencia tecnológica que logró cautivar por las posibilidades que abría para el progreso de la humanidad. Al expandirse como tecnología emergente, empezó a ser estudiada para su implementación en el mundo de las empresas, razón que desde el primer momento ameritó abordar su impacto en esta área tan importante para la sociedad.
Más allá de sorprendernos al observar un sanitario inteligente que se conecta a internet, debemos tratar el internet de las cosas como un elemento central en la cualificación de las operaciones internas y externas en las empresas. En este punto cabe precisar que esta tecnología puede motivar la creación de entornos inteligentes para oficinas, compuestos por diversos recursos como impresoras, lámparas, bolígrafos y relojes de mesa que pueden establecer conexión a internet. Pero esta tecnología no sólo se limita a implementar objetos ya conocidos por toda la humanidad, sino que además tiene la capacidad de motivar la creación de miles de objetos o enseres que se pueden sincronizar con las computadoras que usamos a diario, permitiendo el surgimiento de un estilo de trabajo verdaderamente novedoso.
La importancia de esta tecnología para el empresarismo yace en dos dimensiones: una interna y otra externa. En la primera mencionada, cabe precisar el mejoramiento del trabajo operativo y estratégico que desempeñan todos los colaboradores en diferentes áreas o departamentos, optimizando la interacción entre máquinas y humanos. A nivel externo, el internet de las cosas aplicado a empresas puede contribuir al incremento de la satisfacción de clientes al implementar soluciones de conexión que atiendan las necesidades de ellos de forma eficiente. En esta última parte es posible pensar en la creación de sensores inteligentes que los usuarios utilicen para solicitar productos o servicios a domicilio, contexto que en esencia puede ser de gran acogida para un público cada vez más exigente.
Lo cierto es que los usos del internet de las cosas pueden ser tan diversos como su misma tecnología de funcionamiento: según proyecciones y estimaciones del sector de las TIC, 2023 será un año que revolucionará al alcanzar más de 3.500 millones de objetos y enseres conectados a internet en todo el mundo. El resultado de este importante avance configurará una atmósfera tecnológica que marcará un punto de inflexión para la humanidad. Por lo pronto, las investigaciones acerca de su implementación prometen grandes resultados en los diferentes sectores empresariales que presentamos a continuación.
Empresas de producción agrícola
Una amplia gama de interesantes posibilidades podríamos imaginar si las entidades dedicadas a las labores de agricultura implementaran el IoT. Por ejemplo, la configuración de sensores de calor que detecten el acercamiento de plagas malévolas que tienden a carcomer o destruir cultivos. Dicho artefacto se puede complementar con regaderas inteligentes que esparzan fungicidas o pesticidas cada vez que detecten condiciones climáticas favorecedoras para la proliferación de insectos o microorganismos. En el mismo sentido, todos estos artefactos pueden enviar su información a los dispositivos inteligentes de los cultores, permitiendo así un avance importantísimo en este sector.
Empresas dedicadas a la salud y cirugía
Las instituciones que experimentarán importantes avances a partir del internet de las cosas son los hospitales y clínicas. En ellas emergerán dispositivos inteligentes que permitan la toma automática de cuadros hemáticos y exámenes complejos como las lobotomías. Los dispositivos que se encarguen de estos procedimientos pueden recolectar información fisiológica en tiempo real, agilizando el trabajo de los médicos y cirujanos que en la actualidad desempeñan actividades sin la tecnificación suficiente.
Empresas que mejoran la movilidad y combaten la contaminación
En tiempos de desastres ambientales y atmosféricos, el internet de las cosas puede proporcionar soluciones para mejorar el flujo de movilidad y la huella de carbono en aquellas ciudades donde los niveles de contaminación rebosan los límites permitidos por las autoridades ambientales. Además de contribuir con estos objetivos de movilidad sostenible, el IoT puede motivar la creación de varios dispositivos inteligentes: semáforos que se autoconfiguren a partir del flujo de movilidad; paraderos que notifiquen en tiempo real los minutos exactos que tarda un determinado vehículo en llegar a una estación; señales viales que, además de regular el correcto uso de vías, también brinden datos sobre el estado de las mismas.
Empresas del sector retail
Los supermercados y los comercios mayoristas necesitan artefactos que contribuyan a la cualificación de sus operaciones internas: sensores que notifiquen el estado de los artículos, el número de compras, fechas de caducidad, defectos de fabricación, referencias recientes y antiguas, puntos calientes y el comportamiento de nuevas marcas. De esa manera será posible brindar un mejor servicio a los clientes, orientando prácticas que conlleven a la eficiencia y el mejoramiento de las operaciones internas.
Para nadie es un secreto que el internet de las cosas desencadenará muchos cambios en el estilo de vida de la humanidad. Pero además debe contribuir al mejoramiento de servicios y productos que ofrecen las empresas o negocios en diferentes segmentos o campos de aplicación. Así contribuirán a la conformación de un mundo cada vez más automatizado.