Consolidar un verdadero liderazgo no se limita a la demostración de empatía y calidez hacia tus compañeros, colaboradores o clientes. Más allá de este rasgo, existe un importante principio que debes desarrollar para definirte como un líder de cualidades inigualables: la inteligencia emocional o la capacidad para gestionar tus emociones de forma productiva. Se trata de una habilidad que te permitirá controlar emociones negativas y convertirlas en oportunidades para mejorar al interior de tu organización. ¿Pero cómo ponerla en práctica sin cometer errores? Aquí te contamos una serie de pautas que te harán desarrollarla de manera efectiva.
Identifica debilidades y fortalezas emocionales
Es frecuente encontrar compañeros o colegas que no saben responder si les preguntas acerca de sus identidades o personalidades: “¿quién eres?”, “¿cómo te definirías”, “¿cuáles son tus rasgos de personalidad?”. Si divagan o responden con frases típicas como “soy amigable y buena persona”, están demostrando desconocimiento sobre ellos mismos y, por tanto, falta de inteligencia emocional. Para desarrollar esta cualidad y evitar situaciones similares a la mencionada, debemos identificar las peores y las mejores actitudes en una matriz DOFA enfocada en nuestra propia personalidad. En este proceso es importante que anotes -de manera específica y sincera- los rasgos que consideres más tóxicos, enfatizando en los posibles efectos o consecuencias que podrían desencadenar al interior de tu organización.
Fortalece tu salud emocional a través de la meditación
Es una completa falsedad creer que meditar sólo resulta útil para controlar emociones negativas. La Organización Mundial de la Salud ha demostrado que hacerlo de manera frecuente puede equilibrar todas tus emociones y optimizar tus capacidades interpersonales. En ese sentido recomendamos que implementes pequeños momentos de meditación, 15 minutos antes de iniciar tus jornadas laborales, sentado en un lugar cómodo que te permitirá inhalar y exhalar de manera armónica y pausada. Después de implementar esta sencilla meditación alrededor de un mes, sentirás -con total seguridad- que tu conocimiento intrapersonal es mucho más profundo.
Utiliza y fomenta la comunicación asertiva
Uno de los centros de la inteligencia emocional es la capacidad para saber expresarte con pertinencia. No se trata de utilizar un vocabulario altamente sofisticado, sino de saber decir con total claridad y respeto lo que pensamos y reflexionamos. Sobre la base de la asertividad podrás incrementar tu capacidad para expresarte ante tus colegas o colaboradores, cualificando el intercambio de mensajes y generando un ambiente laboral dotado de fluidez y armonía. Así mismo, resulta recomendable que fomentes la enseñanza de la comunicación asertiva a todas las personas que te rodean, lo cual te permitirá conformar un círculo de comunicación altamente eficiente.
Fomenta el equilibrio entre el realismo y el optimismo
Todos sabemos que los extremos no resultan nada positivos cuando intentamos darle equilibrio emocional a nuestras vidas. Por tal razón no es nada saludable que tengamos altas dosis de realismo u optimismo en nuestros respectivos contextos organizacionales, sobre todo al momento de liderar un equipo que necesita equilibrio para asumir las actividades de la mejor forma posible. En lugar de estos extremos, mantenerte equilibrado te pondrá en la posición más adecuada para asumir tu liderazgo de forma asertiva y eficiente, superando toda clase de emociones fuertes que pueden afectar a los colaboradores de tu organización.
Incentiva a los demás a que desarrollen su inteligencia emocional
Estarás incompleto si en tu equipo de trabajo eres el único que se preocupa por la inteligencia emocional. En ese sentido es indispensable que las pautas aquí aprendidas sean replicadas en cada uno de tus colaboradores y compañeros. Para lograrlo debes tener una actitud de enseñanza constante, hablando a tus colaboradores de la identificación de emociones, el fortalecimiento de la salud emocional a través de la meditación, la comunicación asertiva y el equilibrio entre realismo y optimismo. En ese caso será posible el desarrollo óptimo de tu inteligencia emocional en todas las áreas en las que te desempeñes.
El trabajo unificado y el bienestar de tu equipo será posible si te conviertes en un líder con altas capacidades de inteligencia emocional. Así lograrás que tus colaboradores te vean como una persona que despierta motivación e interés en pro de la conformación de un ambiente más productivo y saludable. ¿Qué esperas para empezar a desarrollar la inteligencia emocional como un rasgo que inspire a tus trabajadores? ¡Sé ese líder que tu empresa necesita!