El aseguramiento de calidad de software o SQA (Software Quality Assurance) se compone por un conjunto de actividades planificadas y sistematizadas que aseguran que el proceso de desarrollo de un software sea evaluado con respecto a su calidad, la correcta implementación de procesos, requerimientos y estándares de desarrollo. Para de esta manera garantizarle al cliente un producto desarrollado bajo estándares óptimos de calidad y ajustados totalmente a sus necesidades empresariales y personales.
Las actividades de SQA son aplicadas en varias de las fases de desarrollo de software, haciendo mayor énfasis en las de codificación, diseño y pruebas. Para esto se realizan diferentes acciones que engloban asuntos como la identificación de errores, la revisión de las técnicas aplicadas al proceso, las metodologías y herramientas implementadas, así como en la medición y generación de informes.
La importancia de desarrollar software bajo un plan de aseguramiento de calidad no solo se da por el resultado que se obtiene con el producto final, sino además porque se le garantiza al cliente que la empresa desarrolladora tiene una alta capacidad para ejecutarlo bajo menores costos y con una buena optimización de recursos, haciéndolo más viable y beneficioso para este. Con el fin de poder cumplir con estos aspectos y brindarle al cliente mayores ventajas encontramos que las actividades principales que debe ejecutar el SQA son:
El aseguramiento de calidad de software si bien no es totalmente necesario para el proceso de desarrollo, es un paso que añadido aporta mayor beneficio a este, pues asegurarse de que se desarrolle bajo estándares adecuados permite la obtención de un producto mucho más seguro, estable y completo, lo que se refleja en una mayor satisfacción del cliente y usuario. Generando también algunos beneficios para la empresa desarrolladora, veámoslos a continuación:
En definitiva, vale la pena agregar al proceso de desarrollo un plan de aseguramiento de calidad, pues finalmente son mayores los beneficios que obtiene las partes implicadas en el proceso. Este tipo de plan supone un diferencial importante para ambas partes, pues mientras el proveedor tecnológico puede destacarse por brindar soluciones más efectivas, seguras y estables; el cliente puede hacer un uso más eficiente del sistema, ayudando a que sus procesos se ejecuten de forma satisfactoria y por ende mejore la productividad.